En lo que a accesibilidad se refiere, es imposible dejar de pensar en las personas mayores y en las personas que tienen movilidad reducida por tantas otras circunstancias.
Es un hecho que el tema ha ido ganando cada vez más dimensión, convirtiéndose en un tema aún más recurrente por el alcance y, principalmente, la importancia que ha adquirido en los últimos años. Después de todo, es realmente urgente garantizar el derecho de ir y venir de todas las personas en la vida cotidiana de las ciudades, facilitando este movimiento.
Sin embargo, más que nunca, es relevante situar la accesibilidad en el contexto de quienes necesitan aún más los beneficios que trae este concepto como condición para las personas con discapacidad o movilidad reducida utilizar los espacios urbanos, mobiliario y equipamiento de forma segura y autónoma, total o asistida, además de los edificios y servicios de transporte.
Para cada necesidad, existe un producto de accesibilidad, como ya hemos comentado aquí en el blog.
Autonomía y calidad de vida
Cualquiera que piense que la accesibilidad es cuestión de salir por la puerta está equivocado. Principalmente por el crecimiento del número de ancianos en el mundo, los hogares están adquiriendo una nueva mirada por parte de los profesionales de la industria para que puedan permitir, así como facilitar el ir y venir de las personas y, en consecuencia, la ganancia en la calidad de vida de muchas personas.
Ante este hecho, la asistencia a quienes tienen movilidad reducida, y que no quieren renunciar a su propia autonomía, mucho menos a moverse, se ha venido dando a través de la creación de productos como, por ejemplo, la silla salvaescaleras.
Comodidad y seguridad
La silla salvaescalera Levant es de fácil manejo y permite acceder a todas las plantas de la casa con comodidad y, sobre todo, con la seguridad necesaria.
El deseo de todos, que no es más que la independencia del usuario, se hace palpable por la funcionalidad de este producto: el asiento gira 90º, colocándolo de cara al piso en el extremo superior de la escalera, y se bloquea en su lugar para que la persona pueda subirse, levantarse y salir fácilmente, sin depender de ayuda. El desplazamiento se realiza con comodidad y estabilidad, apoyado en el diseño ergonómico de la silla, que combina modernidad y forma compacta.
Pero la seguridad es el punto fuerte, el centro de atención. No es para menos. Cuando la silla está en movimiento, los sensores de seguridad presentes en tres puntos del reposapiés detienen el equipo si se detecta un objeto en el camino. Además, una alerta sonora indica que la silla ha llegado al final del recorrido y la presencia de un cinturón de seguridad ajustable aporta aún más protección, cubriendo todas las necesidades esenciales de este tipo de producto.
Más: es una silla que no perturba la vida de los demás vecinos que van de un lado a otro, subiendo y bajando las escaleras de la casa. Tanto el asiento como el reposapiés, que tienen bordes de seguridad en ambos lados, se pliegan fácilmente, de forma compacta, sin ocupar mucho espacio.
El salvaescalera Levant aún facilita la vida familiar cuando más de una persona necesita usar el equipo. Esto se debe a que el producto cuenta con dos controles remotos para llamar y enviar la silla. Estos controles tienen un amplio rango y tienen un pulsador constante de activación, fácilmente manejado por quien esté usando la silla salvaescalera. Esto significa que cuando deja de presionar, la silla se detiene instantáneamente.
Integración con entornos
La seguridad y la facilidad de uso son fundamentales, pero también es importante contar con un equipamiento que se integre con el entorno, sin comprometer la decoración. Por ello, la silla Levant tiene colores neutros en el asiento y reposapiés y los rieles son de aluminio anodizado, es decir, una protección extra por el aislamiento eléctrico y la resistencia del material.
La practicidad del salvaescaleras también es una realidad a la hora de limpiarlo, ya que está fabricado con un material resistente e impermeable y la autonomía del equipo, es un producto que se puede utilizar en periodos sin electricidad. Pero vale la pena tener especial cuidado: apague la llave cuando la silla no esté en uso, evitando el desgaste de la batería.
Por todas estas características, la Silla Salvaescalera Levant – es un equipamiento de nuestra línea de Accesibilidad – ha ido conquistando cada vez a más consumidores – lo cual es representativo, ya que está en línea con algo imprescindible para nosotros en TKE: el cuidado y la innovación dedicados a la accesibilidad, una realidad que rodea a todos, directa o indirectamente, hoy o mañana.